miércoles, 7 de marzo de 2018

¿QUÉ SUCEDE CON EL ARROZ?

Por: Jorge Bello Domínguez

Teléfono: 53353648.                

 

Cuando se hable de desfachatez e irrespeto por el pueblo, habría que hacer alusión -entre otras muchas cuestiones- a lo que muestran por sus habitantes las autoridades del gobierno, en la joven y “experimental” provincia de Artemisa; al permitir vender a la población productos de la cartilla de racionamiento, sin los requerimientos establecidos para el consumo humano.

 

¡Esto es una falta de respeto al pueblo! o ¡Esto no se lo comen ni los cerdos!; son algunas de las frases más escuchadas -por estos días- entre las personas del artemiseño municipio Güira de Melena, cuando acuden a los establecimientos de comercio (bodegas), donde se despachan los productos normados, en busca de los insuficientes e irrisorios -pero necesarios- alimentos racionados al pueblo; conocidos en el argot popular como los “mandados” y se encuentran con un arroz que no reúne la calidad necesaria para ser consumido.

Por las múltiples quejas llegadas de residentes locales, realicé un recorrido por varias bodegas del territorio en busca de información y, constaté la veracidad en los reclamos de la población. En uno de estos establecimientos, además de verificar el deficiente estado del cereal, pude conocer -por medio del administrador de la unidad comercial-quien prefirió mantener discreción a su identidad, que esta no era la primera vez que sucedía. Él contó:

“Desde hace varios meses esto viene pasando, solo que esta vez fue más notable para el pueblo. El arroz y los frijoles de la canasta los están enviando desde el almacén central en mal estado, lo cual genera malestar en los consumidores cuando les despachas esa “basura”; pero te puedo decir que las quejas e inconformidades las he trasmitido a las instancias superiores y también otros administradores de unidades comercializadoras, pero al parecer continúan sin ser atendidas por los de arriba a raíz de lo que se viene aconteciendo”.

Continuó explicando el dirigente: “En el caso del arroz, comenzaron primeramente a enviarlo para ser despachado por separado, de las siete libras que le tocan a cada consumidor mensualmente, las cinco libras de la cuota te las daban de arroz importado y las otras dos libras adicionales eran de producción nacional, las cuales venían con mucha basura y suciedad por esa razón no se echaba tanto a la vista. Ahora, mandaron todo el envío igual, sucio en demasía y con un hedor desagradable; pero te puedo agregar que en algunos sacos se detectó la presencia de gusanos y ácaros”.

También ocurre esto con los frijoles negros (único grano asignado por la libreta), donde la mayoría de las veces los envían sucios y picados, trayendo incomodidad y disgusto entre los consumidores.

Estos alimentos, forman parte del reducido grupo de productos que por casi sesenta años el “generoso Estado Revolucionario” destina a cada ciudadano cubano una vez al mes, cuya mercancía se distribuye en pequeñas cuotas a cada consumidor del núcleo familiar y es fiscalizado por medio de una mal llamada “libreta de abastecimiento” donde se lleva su control y apunte.

Entre los cereales, a pesar de poseer pocas proteínas en comparación con otros, el arroz es considerado el más importante y demandado en la alimentación cubana y contribuye de forma muy efectiva al aporte calórico de la dieta actual. En Cuba, su acogida es elevada y constituye un renglón insustituible de importancia vital en la mesa familiar, he ahí el disgusto que provoca en los guireños tal situación.

 

Artemisa, 3 de marzo de 2018.