sábado, 6 de enero de 2018

¿QUÉ TIENE PARA CELEBRAR EL SISTEMA CUBANO DE SALUD?

La crisis es tan escandalosa que al Gobierno no le ha quedado más remedio que reconocerla


Viernes, enero 5, 2018 | Martha Beatriz Roque Cabello 



LA HABANA, Cuba.- Algunos medios internacionales han explicado que Cuba cerró el año 2017 con dos grandes crisis: la financiera y la diplomática con los Estados Unidos de América; pero han pasado por alto otras situaciones que se pueden calificar de críticas dentro del país; baste recordar que hace más de una década atrás se mencionaban —de manera constante— las joyas de la corona “revolucionaria”: la educación, el deporte y la salud.


Los dos primeros sectores, educación y deportes, exhiben de manera pública su deterioro incluso en la arena internacional. Las aulas del nivel primario se han visto ocupadas por maestros improvisados, a los que dan por llamar “emergentes”, que no tienen ni formación pedagógica ni vocación, pero sí de forma general muy mal aspecto en la manera de vestirse y una vulgaridad extrema en la forma de expresarse, lo que ha hecho que continúe enfermándose la sociedad en lo que a moralidad se refiere. Por su parte los resultados deportivos internacionales muestran el desastre en que se ha convertido la formación de atletas en el país, tras la pérdida de una gran parte de las instalaciones que se crearon al efecto y la emigración de muchos de los deportistas.


Sin embargo, la esfera de la salud se mantiene ensalzada, mostrando cifras y “logros” que no se corresponden con la realidad que vive el cubano cuando hace uso del Sistema Nacional de Salud Pública. Se dice que “Cuba ha logrado no solo tener un sistema de salud universal y gratuito, sino alcanzar indicadores tan altos como los de naciones del Primer Mundo”.


La dictadura ha estado festejando que, por décimo año consecutivo, se tiene una tasa de mortalidad infantil por debajo de cinco por mil nacidos vivos. No obstante, en los datos mostrados por la Dirección de Registros Médicos y Estadísticas de Salud nada se dice del índice de fecundidad, porque es bien conocido que la mujer cubana no quiere parir, el número medio de hijos que tienen las generaciones que están en etapas reproductivas, cada vez es menor, debido a todos los problemas de índole social, económico y político que existen en el país.


El pasado año nacieron casi 115 mil niños, pero son 1 900 menos que en el 2016, que ya había reducido el número de partos con respecto al año anterior. La población cubana ha envejecido, lo que no contribuirá tampoco a que aumente el número de mujeres gestantes.


El ministro de Salud Pública (MINSAP), Roberto Morales Ojeda, quien es también miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, significó el aumento de la actividad quirúrgica en el país e incluso planteó que el 14% de las cirugías se habían realizado utilizando técnicas mínimamente invasivas.


Lo que no explicó el alto dirigente fue que en los hospitales hay cerrados un número considerable de salones de operaciones por las malas condiciones en que se encuentran y las agonías que pasan los enfermos ingresados e incluso sus familiares, que les tienen que llevar sábanas, almohadas, toallas, ventiladores, cubos para recoger agua e incluso en algunos casos tienen que resolver los medicamentos. Eso sin contar que la comida del hospital está tan mal confeccionada que para muchos resulta imposible de ingerir.


Por los medios se anuncian las reparaciones de diferentes salas y locales en algunos hospitales, pero la voz popular cuenta la anécdota que el ministro antes mencionado fue a revisar una obra terminada en un hospital de la capital, en el municipio 10 de Octubre, en la Sala de Terapia Intensiva, y después de haber salido del lugar se cayó el techo. Algunos de los que lo acompañaban sintieron mucho que no le hubiera caído encima para que pudiera constatar la mala calidad con la que se repara.


El hecho de que haya una gran falta de medicinas y medicamentos, convierte para el régimen en “resultados significativos” el “lograr” producir más de 71 millones de unidades de productos naturales, para aplicar la medicina “tradicional” alternativa.


Las personas se quejan —en particular la población envejecida— no solo de la falta de medicamentos, sino también de las largas colas que hay que hacer que incluso rebasan las 6 horas. Los mecanismos administrativos son tan complejos, que la persona que despacha en la farmacia se demora mucho entre un cliente y otro, ya que tiene que realizar una cantidad de operaciones, entre ellas recibir certificados médicos, elaborar “tarjetones”, llevar el inventario, elaborar el vale y cobrar.


Para la mujer cubana promedio, es un problema incluso menstruar, porque las almohadillas sanitarias que se venden en la red de farmacias, de forma normada, no tienen la calidad requerida; sin embargo, la Empresa de Materiales Higiénico-Sanitario “Mathisa” produce almohadillas para las Tiendas Recaudadoras de Divisa, que tienen mejor calidad. Habría que aclarar que la organización de la venta en las farmacias, de estas “íntimas”, como las conoce la mujer cubana, exige buscar el nombre de las usuarias, en algunos casos en listados, en otros en enormes libros, que cualifican a la persona para poder comprar y además controlar en la libreta de abastecimientos de la cliente.


Los hechos delictivos vinculados a la venta de medicamentos son tan evidentes que el régimen se ha visto en la necesidad de hacerlos públicos. Se han elaborado medicamentos alterando las materias primas, como el metilfenidato, un psicoestimulante, y se comercializó al igual que si se tratara del legítimo, estando involucrados en esta inhumana operación dirigentes y trabajadores del laboratorio farmacéutico Reinaldo Gutiérrez, del municipio Boyeros. Los receptores en su mayoría fueron niños. Aquellos que tomaron este fármaco pusieron en riesgo su salud y los propios funcionarios del MINSAP han dicho que son imposibles de medir los desenlaces que ha tenido este lamentable suceso.


Entidades subordinadas a BioCubaFarma y al Ministerio de Salud Pública han permitido que se cometan delitos de venta de medicamentos en la bolsa negra, incluyendo los conocidos como “controlados”. De los almacenes se sustrajeron dos bultos valorados en unos 4300 pesos moneda nacional, producto de la falta de control y de las violaciones de lo establecido.


En esta cadena de ilegalidades están las farmacias que realizan ventas con precios alterados y sin prescripción facultativa. La Fiscalía General de la República informó que hay menores de edad vinculados a esos hechos. Incluso se detectó la venta de tramadol (analgésico de tipo opioide que alivia el dolor) en el municipio Guanabacoa que procedía de Guantánamo.


Algunas personas comentan que en las 67 naciones con las que Cuba tiene colaboración médica, debe estar una gran parte de los medicamentos que le faltan a nuestro pueblo. El Ministro de Salud Pública explicó en la recién finalizada Asamblea Nacional del Poder Popular que se encuentran en falta 49 medicamentos, de ellos 44 de producción nacional y 5 de importación.


Según el periódico Granma del pasado sábado 30 de diciembre de 2017, todo está tan bien, que se puede “brindar por la salud”, no obstante, es recomendable revisar el líquido con el que se realizará el brindis.