miércoles, 17 de enero de 2018

CANSADO DE PROMESAS

Por: Dr. Santiago Emilio Márquez Fría

Teléfono:23574953


Si se adentra por las comunidades situadas en el municipio de Manzanillo, en la provincia Granma, se dará cuenta del deterioro existente en las viviendas de sus pobladores, afectados por varios huracanes que han pasado; en su gran mayoría, solo han recibido la falsa promesa de una ayuda que no ha llegado.


Resalta la destrucción de sus calles de tierra que nunca han sido asfaltadas durante los años que lleva el régimen en el poder; pero también el rápido envejecimiento y deterioro de su población, por tanta pobreza y desamparo; todo ello hace recordar las comunidades primitivas de antaño.


Luisa Núñez Soa es vecina del kilómetro uno de “El Recreo”, carretera de Cayo Espino y pensó que, a sus 64 años de edad, iba a tener cubierta sus necesidades básicas y su vejez la iba a transitar sentada y tranquila; pero fue atrapada por las enfermedades que se han ido sumando una a una: glaucoma, desprendimiento de la retina, hipertiroidismo, hipertensión arterial y artrosis generalizada. ella posee el certificado que avala estas enfermedades que la han convertido en una impedida física.


Fue visitada por la delegada del Poder Popular de su circunscripción, de nombre María Antonia, junto a un militante del Partido de apellido Ponce -al otro día de pasar el huracán Irma- para observar las afectaciones que le habían provocado al techo de su vivienda los fuertes vientos.


Le informaron que se iban a reunir para analizar los materiales a entregar y que en un espacio de cinco días le proporcionarían los recursos necesarios para la reparación de su casa, para lo cual tenía que tener preparados sus documentos de propiedad y sus certificados médicos. Pero nunca volvieron, tampoco se le ha otorgado una chequera por parte de seguridad social, lo que implica que no ha recibido ayuda económica, ni de materiales de construcción.


Su esposo nombrado Primitivo Saavedra Tamayo de setenta años de edad, trabajaba antes en la Empresa de Desarrollo de Edificaciones Sociales y Agropecuarias conocida como DESA, se enfermó y pasó por la comisión medica, luego fue enviado a asistencia social, le proporcionaron una ayuda de 76 pesos cubanos (cup), equivalente a 3.04 US dólar, luego le aumentaron a 158 pesos –que representan 6.32 US dólar- y en el año 2002 se la retiraron y nunca más la ha recibido.


Primitivo visitó el Ministerio de Trabajo y le informaron que tenía que contratar los servicios de un abogado para que le localizaran en el municipio de Bayamo el expediente; pero no tenía dinero para estos trámites, que conllevan incluso trasladarse a la capital provincial, y todavía sufre de estos errores, porque nunca le han podido entregar una chequera.


Ernestina Núñez Soa de setenta años de edad y hermana de Luisa, vive a cuatro casas de ella y también el huracán Irma le daño su vivienda y cuando llueve con fuerza, debe ser evacuada pues el evento climatológico le llevo el zinc del techo y provocó derrumbes en el frente de su vivienda.


Con Ernestina la historia se repitió, también fue visitada por la Delegada, sin resolverle hasta el momento su crítica situación.


Esta es la realidad de lo que ha ocurrido en Manzanillo, muchos locales han recibido promesas de solución de los problemas que les ocasionó Irma, pero hasta el momento a sus manos no ha llegado algún recurso que solucione la angustia en que viven.


 


Manzanillo, 16 de enero de 2018