miércoles, 30 de diciembre de 2015

ENTRE SANTOS Y MENDIGOS

Por: Bárbara Fernández Barrera

Teléfono: 58365937



 

A algunos mendigos se les ve –en la actualidad- con sus cintas y collares del color perteneciente a algún santo, y algo en la mano con lo cual piden se les eche algún dinero de limosna. En general se sientan en alguna acera o en portales de establecimientos estatales, a esperar que alguien pase y pedirle que lo ayude.

 

En los últimos años ha crecido el número de personas que mendigan, de la misma forma que ha crecido la pobreza y la destrucción del país; pero en particular, en la ciudad se hace mucho más visible.

 

Hay municipios en los que se acrecienta el número de ellos, en particular Centro Habana y Habana Vieja; allí suelen verse personas que de algún modo utilizan la fe religiosa para estos fines, porque hacen mención a algún santo en el momento de pedir la limosna.

 

Entre ellos, cerca del antiguo Centro Gallegos, hay uno de ellos que llama mucho la atención, lleva una pequeña estatuilla de barro de un santo, también -entre sus atributos- usa una cinta de color rojo atada a la cabeza y con una maraca -que agita al paso de los transeúntes-  llamar la atención sobre su necesidad de ser ayudado, para lo que muestra bien un pequeño recipiente para el dinero. 

 

Aunque en ocasiones cambia de sitio, siempre está por los alrededores, pendiente sobre todo cuando pasan los extranjeros.

 

El desamparo social de muchas personas en nuestro país, ha elevado el índice de mendicidad que cada vez se incrementa, como un triste indicador de las necesidades de los cubanos. Se ha creado un nuevo paisaje en la capital, que se mueve entre mendigos y santos.

 

 


La Habana, 3 de noviembre de 2015.