lunes, 3 de febrero de 2014

LA LIBERTAD SE DA, NO SE QUITA

Por: Julia Estrella Aramburo Taboas


En el año 2003 murieron tres jóvenes cubanos fusilados; cuatro fueron sancionados a cadena perpetua y otro a treinta años de privación de libertad; el delito fue intento de salida ilegal del país.No hubo muertos, ni heridos, ni siquiera que lamentar alguna desgracia; ha quedado este suceso para la historia como: la “Lancha de Baraguá” y de todos es bien conocido que los implicados fueron víctimas de la decisión personal de Fidel Castr4ro, que los tribunales cubanos, dependientes y parcializados, acataron.

Este hecho no se puede comparar por ejemplo con el asalto al Cuartel Moncada, en que el ex mandatario participó, el 26 de julio de 1953 y que causó numerosas víctimas; sin embargo la dictadura de Fulgencio Batista los amnistió y solamente permanecieron 18 meses en prisión, bajo condiciones que el propio Fidel Castro relata como: La prisión fecunda.

Sin embargo, en estos 10 años y medio de cautiverio, los que integraron la Lancha Baraguá y aún permanecen vivos se han expuesto a la mala alimentación, la deficiente asistencia médica y las deplorables condiciones de vida; sin dejar de mencionar los malos tratos de algunos funcionarios. La pretensión es que mueran en las celdas de castigo en que se encuentran en la prisión Combinado del Este. Aunque se mantienen vivos, en ellos ha muerto la esperanza de que  algún día podrán volver a ver la luz del sol.

Hace poco, una de las madres envió una carta al Consejo de Estado, pidiendo un indulto para su hijo y la respuesta fue:  

Compañera:

Hemos examinado su carta enviada al Consejo de Estado, en la que solicita absolución de la sanción que fue impuesta a su hijo y sobrino, respectivamente.

Al respecto le informamos que esta concesión se efectuó por primera vez en nuestro país cuando las condiciones lo permitieron y se consideró oportuno, todo ello antecedido de un análisis riguroso en que los tribunales y la Fiscalía de conjunto con el Ministerio del Interior seleccionaron los internos que reunían los requisitos para recibir este beneficio.

Respetuosamente

María del Carmen Cedeño Rodríguez

 

Sin embargo, no se considera que es precisamente el propio régimen el culpable de todas las salidas ilegales del país, la miseria física y moral a la que está sometido el cubano de a pie, lo lleva a esto, tratando de buscar un futuro en otros horizontes.

Si se mejoraran las políticas públicas que gozan de apoyo popular y se cambiara todo lo que deba ser cambiado, sin temor a perder el poder, que se mantiene sobre las bases del inmovilismo, laintransigencia y la represión actual, seguro no habría balseros.