viernes, 8 de febrero de 2013

Fácil solución, difícil actuación



Por: Damarys Moya Portieles.
Desde febrero de 2009, hace prácticamente 4 años, Idalberto López Arrechea, con 39 años de edad, que tiene una pierna amputada por padecer de ciclemia y con dificultades para mover sus miembros superiores, entregó su silla de ruedas rota al policlínico Marta Abreu, de Santa Clara, Villa Clara, pero no ha obtenido solución a pesar de múltiples gestiones, y ni siquiera se la han devuelto, con el pretexto de que la enviaron a China para su arreglo.
Idalberto vive en Oria no. 54 entre Prolongación de Independencia y General Mariño en el Reparto Virginia, en Santa Clara y tiene dos hijos, uno de ellos de 15 años, con retraso mental y además su esposa está enferma de los nervios.
Al parecer, debido a las reiteradas denuncias internacionales realizadas a través de Internet, las autoridades de la provincia decidieron tranquilizar a Idalberto, a quien citaron -en la mañana del 18 de enero- a las oficinas del Poder Popular Municipal de Santa Clara. Él se dirigió allí en compañía de su madre, María Arrechea Clemades, y de los activistas Luis Enrique Santos Caballero, José Lino Ascencio López, Yunier Santana Hernández y la que suscribe.
Pretendieron en la puerta impedir mi presencia, argumentando que era innecesaria, Idalberto se negó, yo me identifiqué en mi condición de opositora y finalmente nos dejaron pasar. Desde que llegamos notamos la concurrencias de oficiales conocidos de la policía política.
Nos recibieron, la vicepresidenta del Poder Popular Municipal, que se identificó como Marisela, el delegado de la circunscripción de Idalberto, nombrado Mario Díaz Guachapo, y otros funcionarios que no explicaron sus cargos.
La Vice Presidenta dijo que le habían trasladado el caso el 28 de diciembre; ya que antes lo tenía la Dirección de Salud y que sabía que el sillón estaba en La Habana y la batería en Santa Clara, que no tenían solución por el momento. Especificó que estaban pensando pasarles el problema a la Asociación de Impedidos Físico y Motores; que le avisarían al afectado cuando tuvieran una respuesta.
Le argumenté que no era difícil buscar el sillón en La Habana, y que si ellos no podían nosotros lo haríamos. En el colmo de la indignación, que dio semejante respuesta,  le dije que era una desvergüenza que un régimen que pregona enviar ayuda humanitaria a otras naciones, no pudiera resolverle el arreglo de una silla de ruedas a un impedido físico de su propio país.
El Delegado de la Circunscripción me espetó que no me manifestara en contra del gobierno y que apagara el celular, que tenía prendido. Toda la reunión fue una burla más.
Al salir nos encontramos que las turbas paramilitares y la policía política nos estaban esperando para acosarnos. Yo grité que parecía mentira que en este país existieran recursos para esas movilizaciones y no se le pudiera resolver una silla de ruedas a una persona que le faltaba una pierna y a la que posiblemente habría que amputarle un brazo.
Encabezaban la turba tres oficiales de la Seguridad del Estado: los capitanes Yunier Monteagudo Reina y Reinier Rodríguez Conde; así como otro oficial que no conocemos su nombre. Se encontraba también en el lugar el auto patrulla No.290 de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), con 3 agentes. En total calculamos que la comitiva reunía a unos 25 hostigadores, que al parecer pretendían provocarnos para detenernos, pero nuestro objetivo no era otro, que seguir poniendo en evidencia que continúa prolongándose la agonía de Idalberto con su silla de ruedas.
Santa Clara, Villa Clara, 18 de enero de 2013.