viernes, 6 de julio de 2012

Un caso preocupante en Guanabacoa

Por: Ivis María Rodríguez González
Red Cubana de Comunicadores Comunitarios

La joven Evelín Pineda Concepción, de 18 años de edad, vecina de Cruz Verde No. 1 entre Corral Falso y Máximo Gómez, en el municipio de Guanabacoa, La Habana; enferma de VIH, se dirigió a las 2:00 p.m. del día 4 de julio, al Policlínico Julio Antonio Mella, de esa localidad con un cuadro diarreico y una avanzada deshidratación.
Allí le hicieron un análisis de sangre, que reveló como positiva la existencia de un parásito, por lo que la doctora le aplicó dos sueros, pero se mantuvo en las mismas condiciones.
La médico de guardia le expresó que no podía ponerle más sueros y que se dirigiera -por sus propios medios- al Hospital Miguel Enríquez (antigua Benéfica), en la lejana barriada de Luyanó, en el municipio de Diez de Octubre, porque en el Policlínico no tenían ambulancias y solo podían solicitarlas para casos críticos.
Evelín, a pesar de ese cuadro clínico, carecía de los recursos para alquilar un transporte, por lo que no pudo trasladarse hacia el Hospital.
Durante su estancia en el Policlínico confrontó un problema al acabársele el suero y no se presentaba ningún personal competente para atenderla y quitárselo, pero tuvo la suerte de que se tupió la aguja, lo cual impidió la entrada de aire.
A las 10:50 a.m. del día 5, la madre la volvió a llevar al policlínico con fiebre, vómitos, diarreas y completamente deshidratada y esta vez la trasladaron al Hospital en una ambulancia, ante la presencia de miembros de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios; que se preguntaban ¿cómo es posible que para hostigar los miércoles los talleres de los comunicadores hayan autos, patrullas, paneles y motos, y para trasladar a un paciente posiblemente con un cuadro diarreico agudo y portador de VIH, no apareció una ambulancia u otro transporte, y haya tenido que esperar 24 horas?
Habría que destacar que el policlínico alrededor de las 11 de la mañana estaba lleno de pacientes, que incluso vomitaban allí y sólo estaba una doctora para atenderlos a todos. Las tres camas de observaciones estaban llenas.

La Habana, 5 de julio de 2012.