lunes, 21 de junio de 2010

Lo que le costó a una abogada una carta a Fidel


 La abogada, Licenciada María Emilia del Castillo Zorrilla, quiere exponer algunos nuevos elementos sobre su relación epistolaria con Fidel Castro –que relatamos hace unos días- y las consecuencias a las que tuvo que atenerse:

“Luego de recibir respuesta de la carta que le hice al ex Presidente de Cuba, por parte de la Licenciada Miriam García Marino, directora de Asociaciones del Ministerio de Justicia, con un contenido tan diferente a la realidad, tal y como le manifesté al referido mandatario, hube de recibir de la Directora Nacional de la Consultoría Jurídica (Transconsul) a la cual pertenecía en esos momentos (sita en Santa Catalina No.815 entre Vento y San Juan Bosco, Ciudad de La Habana) una medida disciplinaria reflejando el servicio jurídico que hube de prestar a la Iglesia “La Voz de Cristo”, lo cual hice inconsultamente con el Organismo Superior, ya que este tipo de trabajo yo lo realizaba cotidianamente a los prácticos del Puerto de Santiago de Cuba, para lo cual nunca se me exigió contrato ni autorización (documento que me emitió el jefe de los Prácticos en ese momento)”

“Yo me pregunto ¿A la Iglesia no lo puedo hacer y a los Prácticos del Puerto sí? ¿Por qué? En ambos casos utilicé mi cuño gomigráfico con mi nombre y mi número de abogada. Realmente no entiendo esta situación.”
Esta medida disciplinaria la TC No.134-05 que solo decía multa de 50% del salario de un mes, pero esto no se quedaba en eso nada más, se me suspendió la estimulación, mi condición de cumplidora, destacada en mi trabajo  y todo lo que de ello se deriva”.

“Que pasado los días y siendo objeto de indiferencia en la actividad (no me daban los trabajos y actividades que normalmente recibía para desarrollar mi actividad, me sentí en el inicio de una guerra sin nombre).”
“En mayo de 2006, luego de una visita del organismo superior a la filial Santiago de Cuba, se me impuso la medida disciplinaria FC-25-2006 por seguir manteniendo relaciones con instituciones religiosas, luego de una reunión donde recibí humillaciones y acosos muy sutiles, tales como: “Compañera parece mentira que usted se reúna con ese tipo de gentuza. Deje de reunirse con ese tipo de elemento porque le va a traer malas consecuencias, etc.”
“Más tarde hube de recibir una comunicación de advertencia y recomendación donde entre líneas recibo una amenaza. Este documento me llevó a presentar la jubilación”.
“Muchas de las iglesias de atendía jurídicamente me emitieron cartas manifestando la verdad de mi situación, así como poder para realizar protocolizaciones y otros trabajos.”
“No entiendo cómo se puede decir por funcionarios cosas que en la realidad no son ciertas y cómo se puede censurar y tomar medidas contra personas que sólo tienen una creencia basada en la lucha contra la corrupción, los vicios, las drogas y otras actividades que afectan la sociedad”.
“Esta situación no solo ha afectado mi persona, sino la de mi familia, que es lo que más me dueles y me preocupa que será de su futuro”.

Ciudad de La Habana, 21 de junio de 2010
Sucesos narrados por la comunicadora comunitaria Lázara Mitjans Cruz
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