lunes, 15 de marzo de 2010

obligado a dejar los estudios debido a la presión

El joven de 18 años Adrián Del Sol Alfonso residente en Calle 3ra y Circunvalación #22 Reparto Brisas del Oeste, Santa Clara, Villa Clara, se ha visto obligado a dejar los estudios debido a la presión que ejercen sobre él la Dirección de la Escuela y la Seguridad del Estado por ser hijo de activistas de Derechos Humanos.


“Soy estudiante de 4to. año de técnico en Secretariado, Operador de Microcomputadoras, y realizo los estudios en el politécnico Raúl Suárez Martínez ubicado en la Ciudad Escolar Abel Santa María, en Santa Clara”. “Desde los 3 años de edad presento trastornos de la visión y he sido operado en varias ocasiones, incluyendo un trasplante de córnea del ojo izquierdo. A pesar del tiempo docente perdido por ingresos y enfermedades propias de la hipertensión ocular que padezco, siempre he mantenido buenos resultados académicos”. “A partir de marzo de 2009 comienzo el adiestramiento laboral, ya en ese entonces practicaba natación por la Asociación Nacional de Ciegos y Débiles Visuales (ANCI) de la cual soy miembro. En el Instituto de Proyectos Hidráulicos, lugar que fui ubicado para las prácticas, cumplí todas las labores que se me asignaron, no se por qué razón “la compañera” que debía asesorarme en el adiestramiento, se dedicó a informar al profesor titular encargado de supervisar mi trabajo, deficiencias que no existían. Esto lo pudieron corroborar mis padres al entrevistarse con la capacitadora del centro y varios trabajadores del mismo.


Posteriormente soy trasladado a la Asamblea Municipal. En este lugar me encantó trabajar, debido a las excelentes condiciones existentes para el desempeño laboral. ¡Que poco me duró la felicidad! Al segundo día de encontrarme allí, fui visitado por dos oficiales del Departamento de Enfrentamiento de la Seguridad del Estado., el mayor Héctor De La Fe Freire y el capitán Azary”. Rápidamente llamé a mi padre y le comunico que etos dos señores querían conversar conmigo.


“Sus intenciones eran las de captarme, o sea convertirme en un espía dentro de mi propia casa, a lo que me negué. Transcurridos breves minutos de dialogo llegó el aviso que mi padre estaba afuera del edificio. Bajé en compañía de estos oficiales, encontrando en mi padre un rostro poco amigable. Del debate mantenido entre mi papá y ellos solo dos cosas quedaron clara; 1ro.- Que al gobierno no le interesa graduar hijos de contrarrevolucionarios y 2do. -Mucho menos permitirles estudiar una carrera universitaria. Al día siguiente fui trasladado de ese centro para la escuela, y pasados unos días me envían a continuar la practica en mi casa, entregándome el trabajo para que lo realice en mi computador; alegando que lo hacían para que tuviese tiempo “de ayudar a mi padre en su trabajo de albañil”. Así estuve hasta el mes de enero en que soy citado para la escuela, cabe señalar que me retrasé varios días en presentarme por haber pasado la Navidad fuera de provincia y el fallecimiento de una tía, (esto no me justifica) en Cuba no hay navidad y los parientes lejanos no se le rinde culto. Después de analizarse el problema, se hizo un compromiso pero de nada valió, pues cada vez que planteo algo vuelven a salir a relucir las ausencias. Entonces ¿me van a juzgar por lo mismo hasta que muera?” “Me negaron la licencia deportiva para participar en los campeonatos Provincial y Nacional alegando las ausencias pero yo sé que la mano de la Seguridad del Estado es la verdadera razón. Mi padre decidió que no continuara asistiendo ala escuela, de toda forma la amenaza era verdadera que hubiese sido un alumno “modelo” no me iban a graduar. (Entiéndase por modelo aquellos que aunque mueran de rabia sonríen y gritan viva Fidel)

Santa Clara, 15 de marzo de 2010.

Foto de Guillermo del Sol Santa Clara


Sucesos narrados por el comunicador comunitario Guillermo del Sol